Vivir con el VIH

Sentirse seguro con el VIH

Una infección por el VIH supone un enorme impacto en la vida, en eso no hay ninguna duda. Cuanto más conocimiento tenga la persona infectada sobre la enfermedad crónica, normalmente mejor llevará la situación. Sobre todo, es importante no dejar que la enfermedad dirija su vida.

Según los actuales conocimientos científicos, una vez que se haya transmitido el virus, el VIH permanece en el organismo toda la vida. Pero con una medicación adecuada, se puede conseguir una vida normal sin grandes restricciones.

Vivir con el virus del VIH hace que uno se plantee muchas preguntas. De vez en cuando salen a la luz dudas. ¿Cómo llevará la infección por VIH mi pareja, mi familia y mis amigos? ¿Con quién puedo hablar abiertamente sobre mi infección? ¿Qué pasa con el seguro? ¿Puedo continuar con mi trabajo de la misma manera que antes?

La información y el conocimiento ayudan en tales casos a superar los miedos. Los pacientes que se convierten en expertos de su enfermedad se sienten menos indefensos y más seguros de sí mismos. Son capaces de decidir mejor por sí mismos sobre su vida, sobre la enfermedad del VIH y pueden evaluar mejor los riesgos, tanto para ellos como para otras personas. Hemos recopilado la información más importante en esta página.

Vida diaria con el VIH: ¿a quién se lo digo?

Ya sea en el tiempo de ocio o en el trabajo, la gente con el VIH disfruta al máximo de la vida, como todo el mundo. No obstante, en algunos lugares surgen preguntas. Es útil contactar con grupos de autoayuda pues conocen la situación muy bien, pueden contestar preguntas, ayudar a eliminar miedos y encontrar soluciones junto con las personas afectadas. Una vez más, las personas seropositivas tienen que decidir si hablan sobre la infección, y con quién, o si en cambio es mejor ocultarlo. Aunque tener personas de confianza puede reducir el estrés, los amigos o familiares también pueden reaccionar de forma negativa. A menudo, se sienten absolutamente abrumados, saben muy poco sobre el VIH o se asustan por el ser querido.

La confianza es un componente importante

Es bueno comenzar a hablar con una o más personas que sean especialmente de confianza: los padres, el mejor amigo o un compañero de trabajo cercano. También es útil que usted se informe bien de antemano, pues esta gente de confianza normalmente tiene muchas preguntas al principio, y solo pueden realmente apoyarle con algo de retraso. Juntos, pueden comentar las preguntas o los miedos y aclararlos.

Hacerse mayor con el VIH

En la década de los 80 y los 90, era impensable la realidad actual: las personas seropositivas habitualmente tienen una esperanza de vida normal. Esto nos lleva al tema de que para algunos infectados envejecer con el virus está cada vez más cerca. En Alemania, por ejemplo, un tercio de los infectados por el VIH ya tienen más de 50 años. Muchos quieren llevar una vida autónoma y en entornos familiares el mayor tiempo posible.

Estigmatizado por el VIH

Cuando el SIDA y el VIH salieron a la luz por primera vez en la década de los 80, la enfermedad todavía era mayormente desconocida. Rápidamente se mezclaron varios aspectos: el miedo a la infección y el casi seguro desenlace fatal. Las relaciones sexuales entre homosexuales se consideraban en gran parte moralmente censurables. Los infectados se sentían culpables porque habían mantenido relaciones sexuales sin preservativo. Como resultado, la gente infectada por el VIH era estigmatizada y discriminada. Actualmente, el VIH y el SIDA se encuentran entre las enfermedades mejor estudiadas del mundo. La población está mucho mejor informada. Aún así, los seropositivos todavía sufren estigma y exclusión en muchos aspectos de la vida.

Trabajar con el VIH

Dos tercios de las personas seropositivas tienen mucho éxito en su trabajo. Se ponen enfermas con la misma frecuencia que las seronegativas. Además, hay que saber dos cosas especialmente importantes: nadie tiene por qué hablar de su infección por el VIH. El empresario no tiene derecho a tener conocimiento de este asunto. En las entrevistas, las personas seropositivas pueden incluso esconder la infección sin ningunas consecuencias (al igual que el embarazo). Los miedos sobre la infección a otras personas no tienen fundamento ninguno, ni siquiera en el sector asistencial, el sanitario o en la restauración. Las normativas generales de higiene son iguales para todos los empleados y suficientes.

Relaciones y sexualidad

Por supuesto, también es posible mantener una relación duradera y una sexualidad satisfactoria, aunque tenga una infección por el VIH. Los preservativos y otras reglas de sexo seguro protegen a la pareja sexual. Si algo va mal, por ejemplo, el preservativo se rompe, ante todo mantenga la calma. El VIH es difícil de contagiar. Además, el riesgo también se puede minimizar después con medicamentos. Piénselo antes y comente cómo afrontar esta situación. Primero hable con su médico sobre el tema. De esta manera, no tendrá tanto miedo después. Si su pareja está en tratamiento de forma regular, el riesgo es muy bajo.

Sexualidad y carga vírica

Los medicamentos para el tratamiento del VIH suprimen la multiplicación de los virus VIH en el organismo. También reducen el riesgo de infección. Las investigaciones recientes incluso demuestran que un contagio es prácticamente imposible si el medicamento para el seropositivo se ajusta de manera óptima, los medicamentos se toman tal y como son recetados y la carga vírica ha estado por debajo del límite de detección durante al menos medio año. Si se cumplen las condiciones en la consulta del médico, se puede omitir el preservativo siempre que ambas partes de la pareja estén de acuerdo.

Relación con un seropositivo

Aunque uno de la pareja sea seropositivo, no hay nada que impida tener una relación feliz. Aun así, hay algunos problemas que superar. Practicar unas reglas de sexo seguro y tener información sobre el estado actual del virus protegen y previenen el miedo de infectar a la pareja. No todos los miedos se pueden solucionar inmediatamente, ya sean los miedos más o menos probables. Pueden existir problemas, u otros problemas que no se pueden resolver juntos. Incluso las personas infectadas por el VIH ya no tienen el sueño de tener hijos ¡pero aún se puede cumplir!

Un hijo

Mucha gente quiere tener sus propios hijos. Gracias a la medicina moderna, el deseo se puede cumplir sin que prácticamente haya riesgo de que la pareja o el hijo se infecte con el VIH. Las parejas en las que una o ambas partes están infectados por el VIH están mejor asesoradas por un médico especializado. Para muchas parejas, las relaciones sexuales son posibles, igual que si fueran seronegativas. En algunos otros casos, se considera la inseminación artificial como una opción.

Un hijo sano

Básicamente, el hijo se puede infectar durante el embarazo, el parto y la lactancia. Actualmente, diferentes métodos reducen el riesgo considerablemente. Las embarazadas seropositivas pueden prevenir el contagio si:

  • se toman sus medicamentos para el tratamiento del VIH de forma regular,
  • se realizan las pruebas necesarias,
  • dan a luz en una clínica con experiencia,
  • no dan lactancia materna,
  • tratan al hijo de manera preventiva antes del nacimiento.

La pauta es un tratamiento de cuatro semanas con medicamentos para el VIH.

Salud mental

Principalmente la gente con una enfermedad crónica debe prestar especial atención a su mente ya que influye en su bienestar físico. Aunque el diagnóstico del VIH es dramático para muchas personas, la mayoría llevan bien un resultado positivo de la prueba después de un primer impacto. No obstante, durante años ha habido un incremento de las enfermedades mentales como la depresión o el desgaste. El VIH o la separación de un ser querido, las crisis de la vida o el estrés permanente pueden ser algunos desencadenantes. La depresión va más allá de una crisis temporal. Sin embargo, normalmente se pueden tratar bien con varios métodos como la terapia, el apoyo médico, los deportes y los medicamentos. A menudo el primer paso es reconocer el problema y aceptarlo uno mismo. Es muy útil tener el valor de buscar ayuda profesional.

Moverse y viajar al extranjero

Ya sea por trabajo o por ocio, la infección por el VIH no es un impedimento para hacer planes de viaje. En vacaciones, puede sacar fuerzas y reducir el estrés. Algunas preparaciones hacen el viaje más fácil, especialmente a países lejanos. No obstante, a diferencia de Europa, las autoridades pueden imponer condiciones especiales o restricciones para entrar en el país, incluso la prohibición. Si está bien informado, se puede proteger de ello.

Deportes y ejercicio

Los expertos sobre el VIH saben que las personas seropositivas pueden disfrutar del deporte igual que los demás. El deporte es bueno para todo el mundo y mantiene un estilo de vida saludable y equilibrado. El deporte protege frente a muchas enfermedades como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares y fortalece el sistema inmunitario. Por supuesto, todo el mundo tiene que encontrar su propio deporte y su propia medida. Camine en lugar de conducir o use las escaleras en vez del ascensor. De esta manera, puede hacer algo positivo para su salud a través del ejercicio diario y prevenir así enfermedades cardiovasculares. El ejercicio es bueno, fortalece el sistema inmunitario e influye positivamente en el corazón y la circulación. El deporte favorece la densidad ósea y previene la osteoporosis. Los pacientes con el VIH que realizan ejercicio han indicado que algunos de los efectos positivos son la mejora de la calidad de vida, la mejora de la autoestima y el aumento del bienestar. Además, puede aliviar los efectos secundarios de los medicamentos o reducir su frecuencia.

Las drogas y el VIH

Las drogas tienen una influencia en el tratamiento existente del VIH pues a veces se producen grandes interacciones entre las sustancias y no siempre se notan inmediatamente. Una droga puede aumentar el nivel de los medicamentos para el VIH en la sangre, y otro tipo de droga puede reducir este nivel. En cambio, un medicamento para el VIH puede debilitar o intensificar el efecto de las drogas. Si consume de forma regular, puede que sea necesario ajustar su tratamiento del VIH en consecuencia. Con los médicos sumamente especializados que existen hoy en día, puede hablar abiertamente sobre las interacciones y pedir consejo.

 

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Sobre la autora – Dr. H.S. Hermanides
Dr. H.S. Hermanides obtuvo un doctorado por su investigación sobre el VIH en el Caribe. Actualmente trabaja como especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital de la Cruz Roja en Beverwijk, Países Bajos.

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